Para proteger tu puerta de entrada y, por tanto, tu casa de los robos, es muy importante invertir en una cerradura con fijación sólida. Las puertas de entrada antiguas, en particular, pueden abrirse fácilmente a la fuerza o con palanca, permitiendo el acceso a personas no autorizadas.
Ante todo, es importante cerrar siempre la puerta de entrada con llave al salir de casa.
Aunque te ausentes por poco tiempo, se pueden causar muchos daños en pocos minutos.
Cerraduras adicionales como protección antirrobo
En cuestión de la seguridad de tu propia casa, debes tomar las precauciones de seguridad necesarias. En general, hay dos tipos de cerraduras:
- Cerradura de embutir: la caja de la cerradura está empotrada en la hoja de la puerta
- Cerradura adicional: la caja de la cerradura está sujeta a la hoja de la puerta
La primera solo es adecuada para puertas de entrada con un grosor máximo de hoja de 45 mm (valor recomendado para una puerta de madera), ya que una puerta de entrada demasiado delgada será de todos modos un punto débil debido a los huecos necesarios. En este caso, la solución es una cerradura adicional de puerta. Se instala siempre en la parte interior de la puerta.
Es fundamental asegurarse de que la cerradura y el correspondiente bombín queden firmemente fijados a la hoja y al marco de la puerta.
Además, se recomienda el bloqueo múltiple con al menos tres puntos de cierre, para anclar la hoja en varios puntos del marco de la puerta. A menudo, una cerradura adicional puede abrirse desde ambos lados con una llave.