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Dentro de los tipos de acristalamiento, el cristal simple representa la forma más básica de vidrio utilizada en la fabricación de ventanas y puertas. También conocido como vidrio monolítico, está compuesto por una única lámina que puede variar en grosor y medida según las necesidades del proyecto.
Aunque en la actualidad el doble o incluso el triple acristalamiento son más habituales por su mayor rendimiento, el cristal simple sigue teniendo aplicaciones específicas y puede combinarse con otras soluciones como el cristal opaco, el cristal ignífugo o el cristal de seguridad para responder a distintos requisitos de confort y protección.
Se trata de un tipo de vidrio plano que se obtiene generalmente mediante el proceso de vidrio flotado, en el que el vidrio fundido se extiende sobre un baño de estaño para conseguir una superficie totalmente lisa. El resultado es un cristal transparente y uniforme que puede emplearse como base para múltiples aplicaciones.
El cristal simple se ofrece en diferentes medidas y grosores (por ejemplo, 3 mm, 4 mm, 6 mm u 8 mm), adaptándose al uso previsto. Cuanto mayor es el grosor, mayor es también la resistencia del vidrio frente a impactos.
El cristal simple se utiliza en muchos casos como cristal fijo ventana, en marcos interiores o en divisiones donde no se requiere un alto nivel de aislamiento térmico o acústico. También puede colocarse en puertas de interior, vitrinas o elementos decorativos.
Aunque no ofrece las mismas prestaciones que un acristalamiento doble o triple, sigue siendo una solución práctica y económica. Es frecuente que se use como componente base en vidrios laminados o templados, aportando resistencia adicional cuando se combina con otros tratamientos.
La principal limitación del cristal simple es su escaso nivel de aislamiento, tanto frente al ruido como frente a la pérdida de calor. Por este motivo, en proyectos donde el confort es importante, se recomienda optar por sistemas de doble acristalamiento o triple acristalamiento, que mejoran notablemente la eficiencia energética de la ventana.
Aun así, el cristal simple sigue siendo una solución adecuada en medidas pequeñas, en interiores o en aplicaciones donde la prioridad es la luminosidad y el bajo precio.
En ventanas.es trabajamos con vidrios de alta calidad, incluyendo cristale dobles y triples en diferentes grosores y formatos. Cada ventana puede configurarse en función de su uso, eligiendo el acristalamiento más adecuado, desde un vidrio doble estándar hasta un sistema avanzado de acristalamineto triple.
De esta forma, nuestros clientes reciben un producto adaptado a sus necesidades, con el equilibrio perfecto entre funcionalidad, diseño y durabilidad.
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